Surgió
como una semilla que se echa en tierra y va germinando poco a poco.
Josep, un voluntario, iba a ver a algunos presos regularmente. ¿De qué
hablarían? no lo sé. Lo cierto es que un día uno de ellos le dijo:-¿Por
qué esto que me explicas a mi no lo podrían oir otros? Acto seguido el
recluso va en busca de otros tres compañeros. Comienza el primer
encuentro. Al día siguiente trajo a unos pocos más. Luego unos a otros
se lo iban diciendo y así empezó la catequesis.
Durante varios años la llevó solo Josep la mañana de los sábados. Era y
sigue siendo un grupo muy elástico. En un centro preventivo se dan
continuos cambios: unos se van de conducción, otros ya obtienen la
libertad, otros cambian de destino, tienen visitas a esa hora o
simplemente dejan de venir por las causas que sean. Siempre hay un
núcleo que asiste regularmente. El promedio de asistencia lo podemos
situar en 20 internos.
Un día quise yo asistir a esa reunión y
quedé enganchada no solo porque Josep me lo pidió sino porque yo misma
le encontré sentido. Más tarde se nos incorporó Maite, madre de ocho
hijos y así somos un equipo de tres, bien avenidos y necesarios unos de
otros para ayudarnos mútuamente.
¿Cómo
nos organizamos? Los tres catequistas nos reunimos dos veces al año
para compartir experiencias y preparar los temas que luego
desarrollamos por turno,uno para cada catequista cada sábado. Los dos
primeros años los temas se configuraban alrededor del esquema del
Catecismo de la Iglesia Católica. Mas tarde encauzamos las reuniones
presentando los Evangelios. Actualmente estamos trabajando el de Juan.
Hacemos una pequeña interrupción en los tiempos “fuertes” de adviento y
cuaresma.En las tres grandes fiestas de Navidad, Pascua y Pentecostés
organizamos una celebración más solemne con material simbólico, velas,
flores...y para acabar, un piscolabis.
Presentamos los temas por escrito con copia para cada interno.
Procuramos hacerlos atractivos, con colores, dibujos, fotos, etc...
valiéndonos de la informática.
El esquema de una reunión suele ser el siguiente:
-
Empezamos con un canto que tenga que ver con el tema, acompañados
siempre de un organillo y a veces de guitarra. Todos participan con
gran alegría en estos cantos.¡Esta expresión de gozo contrasta tanto
con la fría realidad de la vida en una prisión!
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Introducción al tema o ambientación.
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La lectura del texto evangélico.
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Comentario.
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Momentos de silencio con preguntas para la reflexión
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Diálogo
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Oración final (normalmente recitación de un salmo).
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Padrenuestro y avemaría de pie y cogidas las manos.
Durante
estos encuentros semanales en comunidad procuramos dar relevancia al
silencio.La experiencia nos demuestra que el grupo en silencio es
sujeto de gracia y presencia del Espíritu Santo.En mas de una ocasión
hemos sido testigos de conmovedores sucesos; por ejemplo recuerdo el de
un interno que de pronto se arrodilló,hizo una confesión sincera ante
todos y dio gracias a Dios de haber caído en una cárcel en la que
conoció a Jesús que le ofrecia perdón incondicional desde su ternura y
misericordia..
Todo esto sin rigidez, con elasticidad pero procurando no salirnos del
tema. Evitamos los debates y las preguntas fuera de contexto las
dejamos para otra ocasión.
¿Cuál
es nuestro objetivo? ANUNCIAR A JESÚS, darlo a conocer,presen- tar al
Dios de Jesús que es Amor y misericordia, siempre dispuesto a perdonar.
Ayudar a nuestros hermanos a descubrir el valor de la persona humana y
desde esta perspectiva crecer,cada uno desde su ritmo,en la dimensión
de un desarrollo integral.
Buscamos
estimular la autoestima, valorarles como personas, hacerles sentir
nuestro cariño e interés, enseñarles a orar, a confiar en Dios, a vivir
su situación con sentido positivo sacando partido de ella, alimentar su
esperanza, ofrecerles un espacio de libertad y distensión que no
encuentran en las galerías.
Procuramos
también abrir su horizonte sobre el mundo buscando un sentido a la
Historia y entender las diferentes culturas y religiones. De igual
manera intentamos presentar la fe cristiana de acuerdo con las
necesidades, el lenguaje del mundo actual y con los avances de la
teología.
A
veces se originan discusiones que hay que encauzar o moderar. Poco a
poco aprenden a respetar al otro cuando habla, a pedir la palabra, a no
excederse en sus comentarios para dar lugar a otros. alguno hay que
“sabe” más y tiende a “sermonear” a sus compañeros...eso procuramos
evitarlo. Nadie tiene que sentirse superior ni maestro de los demás.
Todos, incluidos los catequistas somos discípulos del Unico Maestro y
tratamos de aprender de El.
¿Cómo
nos ve la dirección del centro y los funcionarios? Creo que nos
toleran...algunos pienso contemplan atónitos el espectáculo extrañados
al observar el ambiente de paz que se respira contrapuesto a la dureza
y tensión de un centro penitenciario.
Hubo
tiempos más fáciles para los voluntarios pero eso se acabó. Ahora son
más estrictos.Para entrar el material de catequésis necesi- tamos un
permiso expreso del director. Hemos de presentar la lista de los que
vienen a cada galería. Nos reunimos en la capilla (un local que sirve
de reuniones y capilla) y por suerte nos dejan llamar a todos los que
lo deseen de todas las galerías, algo que para otras cosas está
prohibido.
He aquí una breve reseña de esta actividad que nos
llena de satisfacción y en la cual encontramos mucho sentido: Llevar la
Buena Noticia a los pobres, pues pobres son la mayoría de los que
habitan nuestras cárceles.
Paz Rosales . Catequista